Me pongo a escribir y son las 11:11.
Voy paseando y mi atención se va hacia un coche de matrícula 555.
Así todo el día.
Veo números dobles por todos lados, en las matrículas de los coches, al mirar el móvil, en tiendas, en los recibos de la compra.
555
11:11
33
22:22
9999
.....
Números capicua, o números repetidos.
El que más se repite es 33 y 333.
Como estudiante del Curso los números para mí son lecciones.
Si hay alguno que se repite, como el 33 miro a ver con qué lección se corresponde.
33: Hay otra manera de ver el mundo.
333: El perdón pone fin al sueño de conflicto.
Ni tan mal. 😉
Hace unas semanas no hacía más que ver matrículas con esas combinaciones, así que tenía claro que en algún momento vería una con un 3333.
¡Bingo!
Cuando paseo voy viendo números repetidos todo el tiempo.
Hace unas semanas iba riéndome por la calle ante este despliegue de sincronismo cuando internamente pregunté cuál era el significado de esta experiencia.
Inmediatamente después de preguntar mi cabeza giró y se fijó en un cartel que ponía:
La conexión divertida.
Y dos pasos más adelante otro anuncio llamó mi atención. Ponía:
Viniste a jugar.
Eso tenía mucho significado para mí porque sé que el Espíritu es el Espíritu de la dicha.
Su propósito es que seas feliz, Ahora.
Su juicio es la sonrisa.
Recordarnos, una y otra vez, que esto no es serio.
Que no hay ninguna razón para no sonreír.
Desde entonces a esa conexión con la voz del Espíritu la llamo "La conexión divertida".
Porque cuando estoy en esa frecuencia la sonrisa no desaparece de mi cara.
Todo se vuelve fácil.
Todo llega a mí sin esfuerzo.
Cada vez que veo alguna de estas sincronias sonrío, me imagino a mi maestro interno como en un vídeo que vi en Instagram diciendo: " Ahora, va a cruzar la calle, saca el coche con la matrícula 3333". 😆
Un despliegue cuyo propósito es que sea feliz.
Arrancarme una sonrisa.
Porque el Espíritu, es el Espíritu de la dicha.
Sólo quiere recordarme que vine a jugar.
Que mi única función es felicidad.
Feliz día.
Iciar
