Tu papel es ser feliz
- Iciar Piera

- 12 nov
- 2 Min. de lectura
En la lección 98 Jesús nos insta a aceptar el papel que nos corresponde en el plan de Dios para la salvación.
En la lección 99 nos recuerda que "la salvación es nuestra única función aquí", y que la salvación y el perdón son lo mismo.
Luego "el perdón es nuestra única función aquí".
Ese papel, esa función, es la que tenemos que aceptar.
En la lección 100 da un paso más, y nos llama a reconocer que ese papel (el perdón) es esencial.
Antes, en la lección 66, había hecho un paralelismo entre nuestra función (el perdón), y nuestra felicidad.
"Dios me da únicamente felicidad. Él me ha dado mi función. Por lo tanto, mi función tiene que ser la felicidad".
La lección 100 insiste en ello al decirnos:
"Hoy vamos a tratar de comprender que la dicha es nuestra única función aquí".
Y luego más adelante:
"Luego comprende que tu papel es ser feliz".
Así que por activa y por pasiva Jesús nos está recordando que nuestra función aquí es el perdón. Que el perdón es la llave de la felicidad, por lo tanto nuestra función, el papel que nos corresponde en el plan de Dios para la salvación, es ser feliz.
Y que aceptar ese papel es todo lo que se nos pide.
Es todo lo que tenemos que "hacer".
Aceptar es dejar de resistirnos.
Porque ¡vaya si nos resistimos a esa función!
Nos defendemos de esa función al aceptar el plan del ego para la salvación que es la lucha, el conflicto, los resentimientos.
El control.
Pero llevar a cabo nuestra función es ser feliz.
Aceptar la dicha:
"Trataremos ahora de encontrar esa dicha que nos demuestra a nosotros, así como a todo el mundo, lo que la Voluntad de Dios dispone para nosotros. Tu función es encontrarla aquí, y encontrarla ahora. Para eso viniste".
Aceptar la felicidad:
"Comparto con Dios Su Voluntad de que yo sea feliz. Y acepto ahora la felicidad como mi función".
Aceptar que esa es la Voluntad de Dios para mí: Perfecta felicidad.
Aceptar que esa es también mi voluntad.
Aceptar.
Aceptar.
Aceptar.
Aceptar la Expiación para uno mismo:
"La única responsabilidad del Obrador de Milagros es aceptar la Expiación para sí mismo".
Aceptar que no queremos seguir teniendo razón acerca de todo lo que nos aleja de esa dicha.
Que queremos ser felices.
Sin condiciones.
Sin tratos.
Sin excepciones.
Y que nada nos impide serlo.
Porque siempre, y en todo momento podemos llevar a cabo nuestra función.
Que no es otra que sonreír.
Tomarnos a la ligera.
Volver a ser como niños.
Sin cargas.
Sin culpas.
Sin resentimientos.
Ligeros.
Inocentes.
Ser feliz.
✨️ Iciar





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