Esto no tiene porqué ser así

Hay frases en Un Curso de Milagros que llegan como un soplo de aire fresco y que, de golpe, interrumpen el peso del ego. Una de ellas es:

“Esto no tiene por qué ser así.”

La mente del ego nos convence de que ciertas cosas son inevitables: el sufrimiento, la tensión, la enfermedad, la culpa, los conflictos con los demás… Y, sin darnos cuenta, terminamos resignados. “Es lo que hay”, decimos, como si no hubiera otra opción.

Pero entonces Jesús irrumpe con estas palabras y nos recuerda: no es verdad. No tienes por qué vivir así. No tienes por qué sostener el dolor, ni justificar la tensión, ni cargar con la culpa. Todo eso es una elección. Y como es una elección, puedes elegir de nuevo.

Aquí es donde la indefensión se convierte en la clave.

Cada vez que me defiendo, estoy diciendo: “

Sí, tiene que ser así. Tengo que protegerme, porque el mundo es peligroso. Tengo que tensarme, porque algo malo podría pasar. Tengo que estar en guardia, porque no estoy a salvo.

La defensa refuerza la creencia de que el sufrimiento es real y necesario.

En cambio, la indefensión es el acto de recordar:

No necesito esto. No tiene por qué ser así.

La indefensión no es pasividad ni resignación, sino el reconocimiento de que lo que el ego me muestra no es inevitable.

Es abrir la puerta a otra manera de ver, a lo que el Curso llama milagro.

Cuando me permito soltar las defensas, aunque sea un instante, se abre un espacio interior donde algo distinto puede entrar: paz, ligereza, silencio, sonrisa. Ese es el júbilo de Dios, siempre presente, esperando a ser elegido.

Hoy puedo escuchar a Jesús susurrándome al oído:

🌸 “No tienes por qué sufrir. No tienes por qué tensarte. No tienes por qué atacar ni defenderte. Esto no tiene por qué ser así. Elige de nuevo. Elige conmigo.”

Y en esa elección suave, descubro que el milagro estaba aquí desde el principio.

Feliz día.

Iciar