La lección 169 dice:
Por la gracia vivo. Por la gracia soy liberado.
En esa lección se define la gracia como "la aceptación del Amor de Dios en un mundo de aparente odio y miedo".
Luego se nos instruye en que "sólo mediante la gracia pueden estos desaparecer".
La gracia es la gratitud del Espíritu.
Cuando estás en estado de gracia te sientes agradecido porque sabes quien eres, gratitud.
El ego no sabe lo que es la gracia porque desconoce lo que es la gratitud.
El ego nunca está conforme con nada, siempre espera algo a cambio de lo que da.
Para el ego la gratitud está condicionada a determinadas personas, bajo determinadas circunstancias.
El Espíritu está eternamente en estado de gracia porque su único pensamiento es uno de gratitud.
Cuando me siento agradecido, estoy en estado de gracia.
Cuando me siento desagradecido, me he olvidado de que soy Espíritu, confundiendome a mi mismo con un cuerpo.
Esta lección es el reconocimiento de que soy Espíritu.
Por la gracia vivo.
Es mi fuente, lo que me sostiene.
Eso quiere decir que nunca, bajo ninguna circunstancia, estoy separado de la gracia.
Nunca, bajo ninguna circunstancia, estoy separado del Amor de Dios.
Siempre estoy a salvo.
Esta lección deshace uno de los postulados del sistema de pensamiento del ego que dice que necesitas mantenerte alerta, en estado de ansiedad/miedo, porque no estás a salvo.
Y eso es verdad para el cuerpo, pero no somos un cuerpo.
La gracia es como una alas enormes que te protegen de todo mal.
Un impermeable a prueba de cualquier tormenta.
Es la fortaleza de Cristo.
Una fortaleza que procede de Dios.
De la Perfecta unidad.
Del Amor Perfecto.
Un Amor que desvanece el miedo.
Sin esfuerzo.
Sin ataques.
Sin luchar.
Porque el miedo es ausencia de amor, y lo único que precisamos cuando tenemos miedo es recordar el Amor.
Recordar la gracia.
Recordar que estamos eternamente en estado de gracia.
A salvo.
Eternamente a salvo.
Feliz día.
Iciar
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