Estos últimos días he retomado la lectura del libro "Mil nombres para el gozo", de Byron Katie.
Es un libro que me encanta, y al que vuelvo una y otra vez.
Es una maravilla.
En el texto de hoy Byron Katie decía algo que ya hemos oído en el Curso:
Si crees que tienes un problema, estás confundido.
Estás confundido acerca de tu identidad.
Sólo el ego tiene problemas. El Espíritu no tiene ninguno.
Si creo que tengo un problema tengo que estar por lo tanto identificado con el ego, tengo que creer que soy un cuerpo, porque solo los cuerpos "tienen" problemas.
Si creo que tengo un problema es porque estoy comparando (separación) lo que es, con lo que no es.
Estoy creando en mi mente la historia de que algo debería ser diferente.
Sin esa historia, no hay problema.
Sin una historia en tu mente, todo es perfecto. Sin errores.
Hace un tiempo, a mi mente vino el pensamiento de "no hay error".
El "error" nunca se encuentra en el mundo, en esta situación, o en esta otra.
El error es la mente que juzga. La mente que crea una historia de lo que debería o no debería estar sucediendo.
Dice Byron Katie que:
Cuando luchas con lo que es, sufres. Pero sólo el 100% de las veces. 😆
Cuando creo que algo debería ser diferente estoy haciendo real el mundo. Estoy haciendo real el pensamiento de separación. Estoy diciendo que yo, como un ser individual, soy real. Que el ego, es real.
Ese es el único error que tiene que ser corregido.
La creencia en la "diminuta idea loca de la separación".
La confusión es el único sufrimiento que existe en este planeta.
El único problema que necesita ser corregido.
Ser conscientes de que cuando creemos que tenemos un problema estamos confundidos.
Recordar que "no hay error".
Feliz día.
Iciar
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