El ego no es tu amigo
- Iciar Piera
- 18 may 2024
- 2 Min. de lectura
El ego no es una entidad independiente.
El ego es simplemente tu deseo de ser lo que no eres.
Es tu deseo de ser especial. De ser un cuerpo vulnerable, en lugar de mente invulnerable.
El ego es culpa. Es la creencia en la separación. El pensamiento de un Dios vengativo que te perseguirá hasta la muerte.
El ego es inventado.
Es la "diminuta idea loca de la separación".
Una idea demente a la que damos "realidad" a través de depositar nuestra fe en su sistema de pensamiento.
En el Curso se nos dice que no es que no tengamos fe, es que la estamos depositando en algo que no es nada.
El ego es esa nada que aparenta ser algo.
Sólo tenemos que observar cuánto creemos en esta "diminuta idea loca".
El ego no es el problema.
La "diminuta idea loca de la separación" no es el problema.
El problema es que nos la tomamos en serio. Depositamos nuestras esperanzas en un mundo que no tiene nada que realmente valoremos.
Todo lo que valoramos se encuentra en ese otro mundo al que el perdón te conduce.
Ese otro mundo está aquí ahora. No tienes que esperar por él. No tienes que ganártelo.
Está disponible dentro del Instante Santo.
Un Instante de aceptación.
Un Instantes en el que nos abrimos a recibir.
Cuando empiezas a vivir desde esa expansión (mente), en lugar de desde la contracción (cuerpo), todo lo que habías mantenido oculto sale a la superficie.
Y eso no es muy agradable.
De hecho es bastante incómodo.
Incómodo para el ego, claro.
Para la parte de tu mente que tiene miedo de la aniquilación.
Lo que estaba oculto se revela, lo que no nos permitimos sentir empieza a moverse.
Las viejas estructuras se rompen. Son como icebergs que empiezan a resquebrajarse por efecto del calor. De la luz de tu verdadera identidad.
Cuando empiezas a recordar la verdad esa otra parte se tensa, tiene miedo.
Dice el Curso:
¿Por qué no habrías de dar saltos de alegría cuando se te asegura que todo el mal que crees haber hecho nunca ocurrió; que todos tus pecados no son nada; que sigues siendo tan puro y santo como fuiste creado, y que la luz, la dicha y la paz moran en ti? La imagen que tienes de ti mismo no puede resistir la Voluntad de Dios. Tú piensas que eso es la muerte, sin embargo, es la vida. Tú piensas que se te está destruyendo, sin embargo, se te está salvando.
No damos saltos de alegría porque el ego necesita problemas, conflictos, enemigos para poder subsistir.
Sin enemigos no hay ego.
La imagen que tienes de ti mismo no puede resistir la Voluntad de Dios.
No puede.
Tú piensas que se te está destruyendo, sin embargo, se te está salvando.
Todos lo creemos.
Esa es la resistencia.
El miedo a la luz.
El miedo a Dios.
Una última defensa que tenemos que observar. Sin juicio. Sin culpa. Sin miedo.
A través de la visión de Cristo.
Del perdón.
Con una amable sonrisa.
Feliz día.
Iciar
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