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Foto del escritorIciar Piera

El Hijo de Dios no tiene ego

El Curso dice lo que dice, pero no siempre estamos preparados para su mensaje.


Puedes leer cientos de veces una lección, o el texto, sin permitir que su contenido te traspase.


Hoy leí esta frase, y juro que nunca me había percatado de que apareciese en el texto.


El Hijo de Dios no tiene ego.


Lo que el Curso nos enseña es una amenaza para el ego, y puesto que todos creemos que no sólo tenemos un ego, sino que eso es lo que somos, podemos pasar por alto frases como esta, o otras como "el mundo no existe".


Porque si atendemos a lo que realmente significan la ansiedad es inevitable.


A veces la gente dice lo bonito del lenguaje del Curso, y es verdad, es el Amor lo que se encuentra detrás, pero recuerdo la ansiedad que sentía cuando lo leía.


En una ocasión me empapice, y escupi todo el desayuno sobre la hoja que estaba leyendo.


Al ego el Curso se le atraganta, así que trata de cambiarlo, acomodarlo para que no sea tan amenazante.


Todos lo hacemos. Es nuestra resistencia.


Otras veces empezaba a leerlo y me levantaba, en medio de una frase, como si hubiese un resorte que te dijese: "Mayday, Mayday". Peligro, Peligro.


En esos momentos hasta fregar me resultaba más apetecible. 😆


Es bueno observar esa resistencia.


También puede aparecer en forma de que justo en ese momento te entren unas ganas tremendas de beber, o comer. Es algo así como decir: Espera, sí soy un cuerpo. Uf, uf, uf. Respira, respira, respira.


El miedo que le tenemos a que lo que dice sea verdad es tremendo, solo cuándo estás dispuesto a ir a por todas empezarás a darte cuenta del pavor que la mente le tiene a despertar.


El Hijo de Dios no tiene ego.


Si esto es verdad, entonces, ¿qué es eso que vemos en el espejo todas las mañanas? ¿Dónde quedan todas las vicisitudes de ese ser? ¿Su historia? ¿Su pasado?


¿Sus problemas? ¿Sus éxitos?


Aquello de lo que nos enorgullecemos, o de lo que no estamos tan orgullosos.


Todo inventado (traga, respira, OMMMM).


El Curso siempre te encontrará donde quiera que estés. Te mostrará, como esos mensajes ocultos que sólo pueden verse si los pones a contraluz, aquello para lo que estás preparado.


Puedes leer cientos de veces un pensamiento y que un día ese pensamiento, el mismo, te pare.


Detenga tu mente.


Te muestre algo que habías estado obviando.


Te transforme.


Y luego seguirás leyendo,

pero tú ya no serás el mismo.


Una chispa de luz ha llegado a tu mente.


El Hijo de Dios no tiene ego.


Feliz día.

Iciar



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