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Foto del escritorIciar Piera

El perdón me ofrece todo lo que deseo

Me encanta cuando Jesús se pone en modo motivador.


Esta lección describe todo lo que el perdón nos ofrece.


Que no es poco.


¿Qué podrías desear que el perdón no pueda ofrecerte? ¿Deseas paz? El perdón te la ofrece. ¿Deseas ser feliz, tener una mente serena, certeza de propósito y una sensación de belleza y de ser valioso que transciende el mundo? ¿Deseas cuidados y seguridad, y disponer siempre del calor de una protección segura? ¿Deseas una quietud que no pueda ser perturbada, una mansedumbre eternamente invulnerable, una profunda y permanente sensación de bienestar, así como un descanso tan perfecto que nada jamás pueda interrumpirlo?

Sí, quiero. 👰‍♂️


Vale, entonces, ¿por que no es esto TODO lo que experimento?


Porque deseo cosas que el perdón no puede ofrecerme.


Especialismo.


Deseo todo lo que el perdón me ofrece, pero quiero también algo más.


Esa contradicción crea tensión. Sufrimiento. División.


Inconsistencia.


Esa sensación de "sube/baja".


Un instante estoy en paz y al siguiente estoy de nuevo en el campo de batalla, con el barro hasta las rodillas.


El perdón me ofrece todo lo que deseo.


Si lo de antes te parecía poco convincente, Jesús sigue apelando a nuestra motivación.


El perdón te ofrece todo esto y más. Pone un destello de luz en tus ojos al despertar y te infunde júbilo con el que hacer frente al día. Acaricia tu frente mientras duermes y reposa sobre tus párpados para que no tengas sueños de miedo o maldad, de malicia o ataque. Y cuando despiertas de nuevo, te ofrece otro día de felicidad y de paz.

El perdón te ofrece todo esto y más.


Vale J, tienes toda mi atención ahora. 🙃


Ayer leía en otra lección que no puedes estar en el Cielo a medias.


Y lo que queremos es el Cielo, pero también la Tierra.


Quiero ser feliz, estar en paz, y todo lo que el perdón me ofrece, pero como un cuerpo.


Y eso es imposible.


El sueño feliz es darnos cuenta de que somos el soñador.


Que no estamos aquí. Upppps!


La consistencia SÓLO se encuentra ahí.


Desear todo lo que el perdón nos ofrece, y al mismo tiempo desear que el mundo sea real es imposible.


Nos tenenos que decidir.


En caso contrario nos seguiremos manteniendo con un pie en cada orilla.


Y es una postura bastante incómoda (¡doy fe!).


El perdón me ofrece todo lo que deseo.


¿Estoy dispuesta a dejar de buscar la paz, la seguridad, la alegría, la felicidad, en el mundo?


¡He aquí la respuesta! Dice la lección.


Puedo imaginarme a Jesús saliendo en un comercial de la televisión diciendo:


¡Deja de buscar! ¡He aquí la respuesta!


Jesús tiene que apelar a nuestra motivación para convencernos de que realmente no hay nada en el mundo que deseemos de corazón.


Que la felicidad, la paz, la seguridad, la alegría que el mundo puede depararte es un pequeño caramelo que nunca, nunca, never, never, podrá satisfacerte.


Que pedimos demasiado poco cuando nuestra atención se va hacia algo del mundo.


No pides demasiado de la vida, al contrario, pides demasiado poco.


Esta lección nos invita a dejar de sostener esa dualidad en nuestra mente.


Aceptar la salvación.


Aceptar que los caminos del mundo siempre me llevaron a un callejón sin salida.


Dejarme convencer por Jesús.


Pedirle que me recuerde esto una y otra vez.


Que nunca desee nada realmente que el perdón no pudiese ofrecerme.


Aceptar la respuesta.

Dejar de buscar.


Encontrar.


Ahora Jesús me recuerda este eslogan de publicidad de un detergente de hace unos años que se hizo viral:


"Busque, compare, y si encuentra algo mejor. Cómprelo".


Pues eso.


Busca, compara y si encuentras algo mejor que lo que el perdón te ofrece, cómpralo. 😆


Feliz día.

Iciar



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