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Foto del escritorIciar Piera

Elijo el júbilo de Dios

Hoy estaba reflexionando acerca de esta lección:


Elijo el júbilo de Dios en lugar del dolor.


En esta lección se apela a nuestro poder, como mentes, de elegir.


Se nos recuerda que siempre tenemos la capacidad de elegir el júbilo de Dios.


Elegir la sonrisa.


Esa opción SIEMPRE está disponible.


Porque la dicha es eterna.

Eso quiere decir que SIEMPRE y en todo momento está a nuestra disposición.


Entonces, ¿porqué no elegimos esa opción?


No creo que sea que no deseamos el júbilo de Dios, creo que si lo deseamos.


Pero hay una parte de nuestra mente que valora el dolor del especialismo.


Supongo que no lo vemos como dolor.


Esa es la razón de que se nos tenga que repetir una y otra vez que elegir al ego es sufrir.


Dice esta lección:


El dolor es una ilusión; el júbilo es real. El dolor es dormir; el júbilo, despertar. El dolor es un engaño y sólo el júbilo es verdad.

Si tenemos esa elección, que es hacia lo que está lección apunta, de ver las ilusiones como ilusiones y elegir el júbilo de Dios en su lugar, eso significa que cuando me permito experimentar algo que no sea el júbilo de Dios es porque ese es mi deseo.


Repito:


Si no experimento el júbilo de Dios, es porque ese es mi deseo.


Porque puedo elegirlo en cualquier instante en que el dolor del especialismo venga a tentarme.


Jesús nos recuerda en el texto, y el libro de ejercicios que nada nos ata. Que nada puede oponerse al poder de nuestro deseo. Que no somos víctimas del mundo. Que el mundo es nuestra fabricación.


Nosotros elegimos si queremos permanecer dormidos o despertar.


Si queremos seguir creyendo en los juicios del ego que son todos falsos.


No debemos subestimar el miedo que tenemos a despertar.


El terror que le tenemos a la luz.


A reconocer nuestro poder.


A aceptar nuestra Grandeza.


A rendirnos al Amor.


Es ese miedo el que hace que vayamos paso a paso.


El que hace que parezca un proceso con una meta futura.


Mantener este pensamiento en la mente, y tenerlo como una herramienta a la que podemos recurrir en cualquier instante, nos pone en contacto con nuestra Fortaleza.


Con la Fortaleza de Cristo en nosotros.


Nos recuerda que el dolor, en cualquier forma que se presente es nuestra elección, pero que tenemos opción.


Podemos elegir el júbilo de Dios.


La sonrisa.


Hasta que no deseemos nada más.


Elijo el júbilo de Dios en lugar de esto (la forma específica de dolor).


Elijo el júbilo de Dios en lugar del dolor.


Feliz día.

Iciar

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