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  • Foto del escritorIciar Piera

Emuná

Actualizado: 25 abr

Emuná es una palabra de origen hebreo que significa "estar en calma a pesar de no tener todas las respuestas".


Al leer esta palabra hoy en Facebook me acordé de una frase que aparece en la película "Dios no está muerto".


Está frase dice así:

Dios es bueno, todo el tiempo. Todo el tiempo, Dios es bueno.

Se la dice un sacerdote a otro en un momento en el que surgen una serie de acontecimientos que el ego interpreta como "no deseables" para recordarle que no importa lo que parezca estar sucediendo, no importa la forma que tome el escenario de la vida en ese instante, hay algo que no ha cambiado, ni cambiará nunca, una verdad a la que siempre puedes acogerte, el Amor.


Puede que no entiendas lo que sucede, o que no tengas todas las respuestas, como dice la traducción de esta palabra, pero hay algo en lo que puedes confiar.


Algo que te sustenta.

Algo que te sostiene.


Algo que puede traer calma a tu mente a pesar de no tener todas las respuestas.


Esa verdad es el Amor.


El milagro el Curso lo define como un cambio en la mente del miedo al amor.


Un instante donde las dudas y la confusión se transforman en confianza.


Donde un viejo rencor se abandona y en su lugar surge la compasión.


Recordar este pensamiento:

Dios es bueno, todo el tiempo. Todo el tiempo, Dios es bueno.

nos invita a soltar nuestras interpretaciones, y acogernos a algo que no nos defraudará.


No siempre tendremos todas las respuestas.


Puede que en muchos momentos el camino sea brumoso.


Incluso parezca arduo, duro.


Perdamos la esperanza.


Pero son justo esos momentos de aparente oscuridad los que nos fortalecen, los que nos llevan a buscar dentro de nosotros lo que buscábamos fuera.


Momentos para abrazar la verdad.


Para abrirnos a nuevos niveles de confianza, o de fe.


Emuná suele traducirse como fe, pero hoy leía que es algo más.


Es la certeza de que "Dios es bueno, todo el tiempo. Todo el tiempo, Dios es bueno".


Y en esa verdad podemos descansar.


Hoy la invitación es recordar, al igual que los clérigos de esta película, cuando la tentación llame a nuestra puerta y nos veamos cayendo en las redes del ego de la tristeza, la ira, la depresión o la frustración que:

Dios es bueno, todo el tiempo. Todo el tiempo, Dios es bueno.

Porque no se confunde, no cambia de parecer acerca de lo que somos.


Es una roca firme sobre la que podemos descansar a salvo, seguros de que nada ha cambiado.


Nuestro Ser sigue siendo eterno. Seguimos siendo Su Santo Hijo. Su tesoro.


Dios solo quiere cuidar de nosotros.


Como dice la lección 47:


Dios es la fortaleza en la que confío.

Con este pensamiento desmantelamos uno de los pilares fundamentales del sistema de pensamiento del ego que es que no podemos fiarnos del Amor, no podemos confiar en Dios.


Y puesto que todo el sistema de pensamiento del ego se sustenta sobre esa desconfianza, que se pone de manifiesto por ejemplo en miedo al futuro, sostener este pensamiento en nuestras mentes es elegir la fortaleza en lugar de la debilidad.


La certeza en lugar de las dudas.


Estar en paz a pesar de no tener todas las respuestas.


Feliz día.

Iciar



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