top of page
  • Foto del escritorIciar Piera

No hay ninguna razón para no sonreír

Este es uno de los pensamientos a los que vuelvo una y otra vez.


Es fácil olvidarse, como dice Jesús en el Curso, que solo hay un problema, y sólo hay una solución.


Empezar a reaccionar al mundo como si fuese real, como si el problema estuviese en el mundo y no en la mente.


La lección 79 dice:


Permitaseme reconocer el problema para que pueda ser resuelto.


En esta lección nos dice que a pesar de que nosotros creemos tener muchos y variados problemas, en realidad sólo tenemos un problema.


Todas las diferentes formas que adopta ese único problemas son sólo distracciones, cortinas de humo, para mantenernos distraídos buscando la solución donde esta no se encuentra.


El propósito subyacente a esta confusión es obvio, mientras mantengamos ese único problema sin resolver seguiremos manteniendo una identidad especial, algo que todos valoramos porque es el ser que creemos ser.


En esta lección Jesús dice que ese único problema ya se ha resuelto.


Luego ya no hay problema.


La solución sin embargo no se ha aceptado, porque no se ha reconocido el problema.


Es así como mantenemos alejada de nosotros la solución, al no reconocer el problema.


Al no reconocer que la única causa de nuestra experiencia son nuestros propios pensamientos no amorosos.


Que no hay nada ni nadie ahí afuera que nos haga nada.


Que nuestras perdidas de paz no son al azar, son mecanismos de defensa elegidos conscientemente para mantener alejada esa respuesta que pondría fin a todos nuestros aparentes problemas.


Un problema no es diferente de otro porque todos son lo mismos.


No hay grados de dificultad en los milagros porque no hay una jerarquía de ilusiones.


Solo hay un problema, y sólo hay una solución.


Ante cada tentación o pérdida de paz, ante cada disgusto, preocupación o proyección, Jesús nos insta a recordar que el único problema es que estamos eligiendo la vulnerabilidad del ego en lugar de la fortaleza de Cristo.


Ambas están en nuestra mente.


Una representa la mente errónea, la otra opción es la mente recta.


Como tomadores de decisiones siempre estamos eligiendo entre estas dos opciones.


Perpetuar las ilusiones o ponerles fin.


Creer en la seriedad del ego, o aceptar la dulce y amable sonrisa de Jesús.


Esa sonrisa es el recordatorio de que no ha pasado nada.


Nada ha alterado la Perfecta Paz en la que descansas.


Dios no ha cambiado de parecer con respecto a ti.


Dios solo te conoce en paz.


Dios solo te conoce feliz.


Esa es tu única realidad.


Renuncias a ella cuando eliges ser una víctima del mundo.


Cuando eliges creer que alguien te está tratando injustamente.


Cuando pones la causa de tu disgusto fuera de tu mente.


Cuando crees en la culpa, cuando te sientes separado, carente, necesitado.


Todo esto son señales de que no has reconocido el problema, es por esto que esta lección dice:


Permitaseme reconocer el problema para que pueda ser resuelto.


Permitaseme reconocer que sólo tengo un problema, la seriedad del ego, para que pueda aceptar la dulce y amable sonrisa del perdón.


Permitaseme reconocer que no hay ninguna razón para no sonreír.


Feliz dia.

Iciar



18 visualizaciones0 comentarios

Entradas recientes

Ver todo
Publicar: Blog2 Post
bottom of page