No necesitamos reforzar la autoestima; necesitamos soltarla

Durante mucho tiempo se nos ha enseñado que debemos “creer en nosotros mismos”.

Que la clave de la felicidad, el éxito o la paz está en reforzar la autoestima, en convencernos de que somos suficientes, valiosos, capaces. Pero el Curso de Milagros nos invita a mirar más allá de esa idea.

Porque, ¿quién es ese “yo” en el que estamos tratando de confiar?

Generalmente es el yo pequeño, el yo separado, el que duda, teme, se compara y se siente vulnerable. Confiar en ese "yo" no puede darnos verdadera seguridad, porque su base está construida sobre la percepción cambiante del mundo y de los demás.

Cuando el Curso dice que “confiar en ti mismo no es la manera de adquirir confianza”, nos está recordando que la verdadera confianza no nace del ego, sino del recuerdo de Dios. No es una confianza en lo que puedo hacer, sino en lo que ya soy en Él.

No necesitamos reforzar la autoestima; necesitamos soltarla.

Porque la autoestima pertenece al mundo de la forma, de las comparaciones y las condiciones. La confianza real, en cambio, brota cuando dejas de apoyarte en tu fuerza personal y te abandonas en la Fuerza que te creó.

La pregunta no es “¿cómo puedo confiar más en mí?”, sino

“¿Puedo permitirme confiar en la Fortaleza de Dios en mí?”.

Ahí desaparece la tensión. Ya no necesitas afirmarte, defenderte o probar nada.

Puedes descansar. Porque sabes que no tienes que ser fuerte por tu cuenta: la fortaleza de Dios te habita.

La confianza del Curso no es una conquista, sino una rendición.

Es dejar de intentar sostener el mundo con tus manos y permitir que el Amor te sostenga a ti.

Hoy, suelta la idea de mejorar tu autoestima.

Y deja que el Espíritu te muestre cómo es vivir sin miedo, confiando en la Fortaleza de Dios en ti que nunca falla.

Feliz día.

Iciar