La lección 137 dice así:
Nuestra función es permitir que nuestras mentes sean curadas.
El perdón es permitir.
Es permitir que nuestras mentes sean curadas.
Nos convertimos en un Permitidor cuándo nos hacemos a un lado y no oponemos resistencia a la curación.
Porque la curación se está dando en todo momento.
Podemos permitirla o resistirnos a ella.
Cuando nos resistimos sufrimos.
El dolor es simplemente la experiencia de resistirnos a la curación.
De quedarnos atrapados en un estado de no-permitir (resistencia).
Eso es el ego. Un "NO".
Permitir no es tolerar.
Cuando toleras algo te sigues sintiéndo mal. Cuando permites no.
Permitir es ser un seguidor.
Es observar lo que parece suceder sin juicio.
Cuando no hay juicio sólo hay felicidad.
Así que cuando permitimos, somos felices.
Dejamos de resistirnos a esa felicidad, a la dicha, y la aceptamos en este instante.
Porque la dicha es eterna.
O bien la permitimos, o bien nos resistimos a ella.
El perdón es el arte de permitir.
Permitir es no juzgar, y el perdón nunca juzga.
"Observa, espera, y no juzga".
Permite que todo sea como es.
Y sonríe.
Feliz día.
Iciar
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