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Foto del escritorIciar Piera

Por encima de todo quiero ver

La visión y el perdón son lo mismo.


Decir por lo tanto:


Por encima de todo quiero ver (L-27)

es lo mismo que decir:


Por encima de todo quiero el perdón (o perdonar).

Y puesto que el perdón es la llave de la felicidad, sería lo mismo que decir:


Por encima de todo quiero la felicidad. Quiero ser feliz.

"Ver", o la visión, no tiene nada que ver con los ojos del cuerpo.


La visión es "ver" a través de los ojos de Jesús.


"Ver" a través de Su Amor.


Puesto que Jesús es un símbolo de nuestra mente recta, la parte de la mente que guarda el recuerdo de la Verdad, esta lección podríamos formularla como:


Por encima de todo quiero a Jesús.
Por encima de todo quiero la mente recta.

La mente recta es donde reside nuestra seguridad, nuestra paz. La dicha.


Por lo tanto cuando practicamos con este pensamiento también estamos diciendo:


Por encima de todo quiero la paz.
Por encima de todo quiero la dicha.
Por encima de todo quiero sentirme seguro.

Percibir a través de nuestra santidad, eso es la visión.


Percibir a través de nuestra inocencia que ve inocencia en todo y en todos.


Al practicar con la idea de hoy puede que surja la tentación de creer que se nos está pidiendo algún tipo de sacrificio.


La idea de sacrificio nunca está muy lejos del ego.


Entonces Jesús nos recuerda que "la visión no le cuesta nada a nadie".


Que la visión sólo puede bendecir.


Porque la visión es elegir identificarte con lo que realmente eres, elegir tu santidad en lugar de la evaluación del ego acerca de ti mismo.


Y al elegir esa santidad está se extenderá a través de tu mente convirtiendo al mundo en un testigo de esa santidad.


Un testigo del perdón.


Un mundo perdonado.


El reflejo del Amor de Dios.


Feliz día.

Iciar

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