Dice Jesús en el Curso:
Renuncia AHORA a ser tu propio maestro.
Renuncia porque te has enseñado mal.
Hay un símbolo que hace un tiempo surgió en mi mente.
¿Sabes cuándo quieres sentar a un niño en su silla de paseo y no quiere?
Se tensa para evitar que puedas sentarlo.
Llora, grita, no quiere soltar el control.
Quiere ser autónomo, independiente.
Quiere ir andando, quiere ser él el que dirija, no quiere que le lleven.
Jesús usa este símbolo para hacerme consciente de que ese es el origen de la tensión.
Es resistencia.
Al igual que el niño no queremos ser totalmente dependientes de Dios.
Queremos "nuestra independencia".
Así que al igual que los niños decimos:
♡Yo sé. Yo sé. Déjame a mí♡.
Nos soltamos de la mano de Jesús porque pensamos que ir de Su mano significa renunciar a algo que todavía valoramos: nuestro especialismo.
Una falsa sensación de control. De qué sabemos lo que necesitamos. Lo que nos haría felices.
Esa "mente que cree que sabe" es la mente errónea. El ego.
La "mente que sabe que no sabe" es la mente recta, el Espíritu Santo.
Esa mente (mente recta) no juzga. No tiene preferencias. Sabe que es totalmente dependiente de Dios, y que por lo tanto siempre está a salvo.
Renuncia a ser tu propio maestro.
Renuncia al ego.
Renuncia a tu creencia de que sabes lo que más te conviene.
AHORA.
Y vuelve al Maestro.
Observa junto con Él a ese niño asustado que hay dentro de ti.
Con amor.
Sin juicio.
Sin tratar de empujarlo, de hacer que cambie de parecer.
Sin esfuerzo.
Con compasión.
Deja que Jesús te convenza de tu total dependencia de Dios.
Que la felicidad se encuentra en sentarte en la silla y permitirte ser guiado.
¡Disfruta del viaje!
Feliz día.
Iciar
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