Ser verdaderamente útil
- Iciar Piera

- 9 oct
- 2 Min. de lectura
Una de las oraciones más famosas del Curso dice así:
Estoy aquí únicamente para ser verdaderamente útil.
Hace un tiempo estaba paseando, caminar es mi práctica espiritual, y me vino el pensamiento de que ser verdaderamente útil es estar en tu mente recta.
That is!
No importa lo que estás haciendo, sino donde descansa tu mente.
Si tu mente descansa en tu mente recta, el recuerdo del amor, todo lo que hagas irá impregnado de esa esencia.
Y será verdaderamente útil porque el amor lo es.
En otro momento del Curso Jesús también nos instruye en que nosotros no sabemos lo que es más útil en una situación determinada porque no tenemos todos los parámetros para juzgarla.
Así que antes de decidir por nuestra cuenta, lo mejor es hacerse a un lado y pedir que se nos muestre cómo ser verdaderamente útil.
Que se nos instruya.
Todo esto viene a colación por una situación que me sucedió hace unos días.
Volvía a casa por la noche y no sé en que estaba pensando, pero claramente si me hubiese visto desde fuera seguro que llevaba el ceño fruncido y mi rostro reflejaba seriedad.
Apostaría a que mi mente estaría rememorando alguna situación pasada, o proyectándose en el futuro.
Al pasar por una garita de esas donde venden lotería alguien me dijo algo. Ni siquiera recuerdo ahora que me dijo esa persona, pero me hizo reír.
Y dos pasos después mi mente había vuelto a elevarse a ese lugar de dicha y felicidad que tan bien reconozco.
Ahora cada vez que paso por delante de ese chico, prácticamente todos los días al volver a casa, saludo, y sonrío.
Y siempre me saluda, a mí y a todos, con una sonrisa. Me desea que tenga una feliz noche, o un bonito día si me lo cruzo durante el día.
Y cada vez que me lo encuentro, recuerdo.
Yo lo llamo mi "agente del Mundo Sencillo".
Porque me recuerda lo que Jesús me dice de que no me olvide de sonreír.
Que la seriedad es del ego.
Ser verdaderamente útil es eso. Estar en tu mente recta. Conectado a la sonrisa, a la dicha, a la felicidad.
Recordar que siempre estamos al amparo del Espíritu.
Bajo el arco iris del perdón.
Y si nos olvidamos, solo tenemos que estar atentos a esos "mensajeros" (los niños y los animales son muy buenos en eso) que nos recuerdan que soltar el drama, la seriedad, es solo un instante.
Y ese instante es este instante.
Y cualquier instante.
Cualquier instante puede ser santo porque en cualquier instante tenemos la opción de recordar el amor.
Y si nos olvidamos...
Se nos enviarán mensajeros...
Solo tenemos que estar atentos.
Feliz día.
Iciar





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