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  • Foto del escritorIciar Piera

Si Dios quiere, yo también.

Dice el Curso que la Voluntad de Dios es la única que existe. Es decir que no hay NADA que pueda oponerse a Su Voluntad.


Luego nos recuerda que Su Voluntad para nosotros es Perfecta Felicidad.


Si Su Voluntad es la única que existe, y esta es Perfecta Felicidad, podemos hacernos una idea de lo confundidos que estamos todo el tiempo.


Porque lo que esto significa es que la Perfecta Felicidad es lo único que existe.


Es lo único que es Real.

Es la Verdad.


Todo lo demás por lo tanto no lo es.


Sin embargo para nosotros pareciera ser al revés.


Cuando me inicié en el estudio del Curso, la lección que dice que "La Voluntad de Dios para mí es Perfecta Felicidad" me despertaba una profunda ira y enfado.


Y ese es su propósito, hacernos conscientes de cuánto no creemos que esto sea así. Cuánto nos aferramos a nuestras interpretaciones, a nuestras historias, a nuestros juicios para defendernos de esta verdad.


Cuánto preferimos tener razón en lugar de ser felices.


Jesús nos lo recuerda en el Curso.


Sus lecciones están diseñadas para identificar esas resistencias a la Perfecta Felicidad.


Tenemos que recordarnos que la Voluntad de Dios es la única Voluntad que existe, que no importa lo que parezca estar sucediendo, Su Voluntad no ha cambiado.


Que sólo precisamos de un Instante para unirnos a Su Voluntad, para aceptar que Su Voluntad y la nuestra coinciden.


Para abandonar al ego en la pista de baile y cambiar de acompañante.


Empezar a entonar una nueva melodía.


Entregarnos a ella.


Permitir que sus notas guíen nuestros pasos. Alteren nuestra frecuencia. Abran nuestro corazón.


Nos muestren la Verdad.


Hasta desaparecer en esa danza fusionandonos con ella.


Recordar.

Recordar.

Recordar.


Recordar que Su Voluntad ya se ha cumplido.


Podemos aceptarla en este Instante.


Si Dios quiere, yo también.


Feliz día.

Iciar



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