Todas las cosas son lecciones que Dios quiere que yo aprenda.
Puedo ver propósito en todo.
Ese es el propósito del mundo para el Espíritu Santo, ser un aula donde aprendemos nuestras lecciones de perdón.
Donde aprendemos que no hay una jerarquía de ilusiones.
Que todo puede ayudarte a despertar si ese es tu deseo.
Que todo es para tu beneficio.
Todo está ahí para ti (mente), para ayudarte a ver donde sigues sosteniendo miedo, juicio, en tu mente.
Donde sigues confiando en el mundo para satisfacer tus aparentes necesidades.
Donde crees ser un cuerpo vulnerable en lugar de mente invulnerable.
Todas las cosas son lecciones que Dios quiere que yo aprenda.
Cada día puede ser consagrado a los milagros.
A elegir los milagros en lugar de nuestros resentimientos/problemas.
No tenemos que demorar la dicha porque las lecciones de perdón son elecciones en este instante.
Es posible vivir en el Eterno Ahora, en un Instante Santo que no tiene principio, ni final.
Un continuum que se extiende sin nuestra participación.
De nosotros no depende extender ese estado sino estar dispuestos a generalizar las lecciones.
No permitir que ningún resentimientos quede fuera de la corrección.
Que no haya ningún espacio donde la infelicidad habite en nuestra mente.
Un entrenamiento en ser feliz.
En reconocer las lecciones que Dios quiere que yo aprenda, y en estar decidido a aprenderlas en este instante.
Feliz día.
Iciar
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