Tu Gracia me es dada, la reclamo ahora
- Iciar Piera

- 19 sept
- 2 Min. de lectura
🌸 La sonrisa es tu “Sí” a la Gracia.
Hay sonrisas que no se pueden fingir. Son las que brotan de un lugar tan hondo que ni siquiera dependen de que las cosas vayan bien.
Sonrisas que aparecen cuando decides, en medio de cualquier circunstancia, recordar que no estás sola.
La sonrisa es tu “Sí” a la Gracia.
La Gracia siempre está aquí, lista para envolverlo todo con suavidad. Pero para recibirla, tienes que decir que sí.
No con palabras solemnes, ni con grandes actos de fe, sino con algo tan simple y poderoso como permitir que tu rostro se ablande y tu corazón suelte la lucha.
Cuando sonríes, le dices al universo:
Confío. No necesito seguir defendiendo mi historia. No necesito ganar esta batalla. Elijo la paz, y la Gracia se ocupará del resto.
La sonrisa es el gesto físico de la indefensión, el recordatorio de que tu seguridad no depende de controlar nada.
Es un puente que te devuelve al presente, que interrumpe el discurso del ego y abre un espacio para que el Amor entre.
Practicar esta sonrisa —incluso en los momentos en que parece imposible— es una forma de oración silenciosa.
Es tu aceptación de que el regalo de la Gracia ya te fue dado y que hoy eliges recibirlo.
Así que, la próxima vez que la mente se ponga seria, tensa o defensiva, prueba esto: pausa, respira y sonríe.
No porque todo sea perfecto, sino porque en ese instante recuerdas que ya eres sostenida.
Y quizás descubras que esa sonrisa no solo te pertenece a ti.
Es la Gracia sonriendo a través de ti.
Feliz día.
Iciar





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