Impecabilidad es ausencia de "pecado".
Si el "pecado" es separación, impecabilidad es aceptar que no hay separación.
Impecabilidad es lo mismo que santidad, otro término que se usa en el Curso para hablar de nuestra perfecta inocencia.
Eres inocente porque eres el santo Hijo de Dios.
Eso quiere decir que la separación nunca sucedió.
Y sin separación no hay culpa, ni miedo.
Sin culpa no hay proyección, ni ataque.
En la lección 93 se habla de que tenemos dos evaluaciones acerca de nosotros mismos en la mente.
Una evaluación es el ego, la creencia en que hay erróneo en nosotros. Esa creencia es lo que subyace a la sensación de que algo malo va a suceder, la ansiedad interna que parece no estar justificada por nada del mundo. La tendencia a estar alerta, o a la defensiva. Es como si la mente estuviera en un perpetuo estado de agitación, miedo y anticipación.
La otra evaluación es el Espíritu Santo, el recuerdo de la eterna impecabilidad, de nuestra santidad e inocencia.
El conflicto en la mente es entre estas dos evaluaciones.
Una dice que el "pecado"/separación es real. La otra que nunca sucedió.
Todo lo que aparentemente sucede en nuestro día responde a la evaluación que haya aceptado en mi mente.
Si creo la versión del ego percibire un mundo que parece estar en contra de mí. Un mundo donde soy víctima del comportamiento de otras personas. Un mundo del que no puedo fiarme, y siempre tengo que estar alerta, porque esa evaluación dice que soy vulnerable, y por lo tanto débil.
Mi impecabilidad está garantizada por Dios.
No hay nada que temer.
No ha pasado nada.
No está pasando nada.
Sólo que me confundí acerca de lo que soy.
Creí la evaluación del ego (porque me intetesaba, todo hay que decirlo) en lugar de la de Jesús.
Mi impecabilidad está garantizada por Dios.
No necesito defensas.
Sólo aceptar la Expiación para mí mismo.
Aceptar mi impecabilidad, y la de todos mis hermanos.
Reírme de la absurda idea del "pecado".
Recordar que no hay error.
Nada que perdonar, salvo esa resistencia a aceptar la evaluación de Jesús acerca de mí mismo.
Porque Su evaluación no ha cambiado.
Recordar como dice el Curso cuando surja la tentación, u observe ese estado de alerta, miedo, ansiedad interna:
¿Ha cambiado Dios de parecer con respecto a mí?
Cuando tu paz mental se vea amenazada por algo, pregúntate, "¿Ha cambiado Dios de parecer con respecto a mí?" Acepta luego Su decisión, que es ciertamente inmutable, y niégate a cambiar de parecer con respecto a ti mismo. Dios nunca decidirá contra ti, pues si lo hiciese, estaría decidiendo en contra Él Mismo.
Dios no ha cambiado de parecer con respecto a mí, fui yo, y ahora puedo deshacer esa decisión.
Elegir mi impecabilidad.
Mi impecabilidad está garantizada por Dios.
☆Mientras estoy escribiendo este texto suena una canción con este estribillo:
Can you feel the love?
Can you feel the love?☆
Feliz día.
Iciar
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