Soy tal como Dios me creó

Dice el Curso acerca de la lección 162:

Solo con que mantuvieses este pensamiento fijo en tu mente, el mundo se salvaría.

No hay sueño que no se disipe con estas palabras; no hay pensamiento de pecado o ilusión en dicho sueño que no se desvanezca ante su poder. Estas palabras son la trompeta del despertar que resuena por todo el mundo.

Santo es en verdad aquel que hace suyas estas palabras; que se levanta con ellas en su mente, las recuerda a lo largo del día, y por la noche se las lleva consigo al irse a dormir. Sus sueños son felices y su descanso está asegurado, su seguridad es indudable y su cuerpo goza de perfecta salud porque duerme y despierta con la verdad ante sí en todo momento. Salvará al mundo porque le da a éste lo que él mismo recibe cada vez que practica las palabras de la verdad.

Este pensamiento es el que más aparece en el libro de ejercicios. Aparece en tres lecciones: 94, 110 y 162.

Aceptar la Expiación es aceptar que "Soy tal como Dios me creó. Soy Su Hijo eternamente".

Eso quiere decir que nada sucedió. Que no está pasando nada. Que todo es un sueño.

Que en todo momento estoy a salvo.

La resistencia a este pensamiento es lo que es el ego.

Cada vez que consiento en sufrir estoy negando este pensamiento . Estoy negando el Pensamiento de Dios que dice que "Soy tal como Dios me creó".

Nuestros aparentes problemas son la forma en que rechazamos la verdad.

Hace un tiempo leí una frade de Joseph Campbel que dice así:

Busca un lugar dentro de ti donde haya alegría, y esa alegría borrará el dolor.

Hoy me he vuelto a acordar de ella.

Cuando surge el malestar, cuando hay agitación por ejemplo, o miedo, tristeza, pensamos que es un error, y que necesitamos solucionarlo.

Pero el único problema nos dice Jesús que es la seriedad. Cuando creo que tengo que cambiar algo, lo estoy tomando en serio.

El error no es ese malestar, es la seriedad.

Es tomar en serio lo que brota. Es apegarnos a la interpretación del ego que dice que "no puedes ser tal como Dios te creó".

Todo lo percibido es ilusorio. Es una proyección del pensamiento de separación.

No significa nada.

Tú eres el perceptor, no lo percibido.

Mooji, maestro de no dualidad, dice que lo único que tenemos que hacer es "marinar el Ser". Esto es permanecer como Conciencia.

Como el Observador.

La experiencia de ese Observador es paz.

Tú eres el Cielo, todo lo demás es el clima, dice la monja budista Pema Chodron.

Cuando me identifico con el clima me confundo acerca de mí mismo al creer que soy mis pensamientos, o mi experiencia, pero si soy tal como Dios me creó, esto es eterno, ¿cómo podría ser algo cambiante como el clima?

Soy lo que permanece.

Soy lo que siempre está Presente.

Soy lo Imnutable.

Soy tal como Dios me creó.

Mantener ese pensamiento en mi mente es recordar la sonrisa.

Y esa sonrisa borrará el dolor.

Feliz día.

Iciar