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Foto del escritorIciar Piera

Ya estás ahí

En la película de El Mago de Oz, Dorothy se queda dormida y sueña un sueño en el que se embarca en una aventura donde conoce a una serie de personajes.


Si no la has visto, aviso que hago "spoiler".


Al final de la película despierta y se da cuenta de que nunca abandonó la seguridad del hogar.


Nunca viajó a ninguna parte,

salvo en sueños.


El Curso también dice lo mismo:


Tú no moras aquí sino en la eternidad. Eres un viajero únicamente en sueños, mientras permaneces a salvo en tu hogar.

La única función del Obrador de Milagros es aceptar la Expiación para uno mismo.


Esto es aceptar que "ya estás ahí".


Descansas en Dios.


El Instante Santo es el instante en que recuerdas que "ya estás ahí".


Descanso en Dios.


Eso es lo único que se nos pide, que dejemos de negar que "ya estamos ahí".


Que renunciamos al propósito del ego de usar el mundo, y las circunstancias de nuestra vida, para creer que algo ha cambiado, y que ahora tenemos que hacer algo para deshacer ese cambio.


No ha cambiado nada.


Ya estás ahí.


No tienes que hacer nada para ser quien eres.


El amor no es algo que tengas que ganarte.


La inocencia no es la recompensa por tus buenos acciones.


Lo único que precisa corrección es la creencia de que algo sucedió.


La creencia en el miedo, en la culpa y el pecado (ausencia de amor).


La creencia en la separación.


Es una creencia lo que hay que perdonar, no algo real.


El miedo no existe, solo nuestra creencia en el miedo.


La culpa no existe, sólo nuestra creencia en la cupa.


El pecado no existe, solo nuestra creencia en el pecado, en que hay algo que puede oponerse al amor.


La separación nunca sucedió.


Es por eso que podemos perdonarlo, porque no es real. Es solo un pensamiento al que hemos dado "realidad" en nuestra mente confundida.


Consagrar el día a los milagros es usar el mundo, y las circunstancias de tu vida, como un aula.


Un aula donde usamos cada instante con el propósito del perdón.


Con el propósito de aceptar que "ya estoy ahí".


No ha pasado nada.

No ha cambiado nada.


Descanso en Dios.


¿Qué tendría entonces que corregir o cambiar salvo mi mente?


La tentación es esa creencia que me dice que hay algo más que tengo que hacer.


No es así.


"Descanso en Dios.” Este pensamiento te brindará descanso y sosiego, paz y quietud, así como la seguridad y felicidad que buscas. ”Descanso en Dios.” Este pensamiento tiene el poder de despertar la verdad durmiente en ti que posees la visión que ve más allá de las apariencias hasta esa misma verdad en todo el mundo y en todo lo que existe. He aquí el fin del sufrimiento para el mundo entero y para todo aquel que haya venido alguna vez o haya de venir para estar aquí por algún tiempo. He aquí el pensamiento mediante el cual el Hijo de Dios nace de nuevo para reconocerse a sí mismo.

Feliz día.

Iciar



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